Mediante un pequeño funicular se accede desde el barrio antiguo de Lyon hasta la
Basílica de Notre-Dame de Fourvière. ésta fue construida debido a una promesa que
se hizo en 1870, cuando se discernía una guerra entre Prusia, que era una parte de
Alemania, y Francia. Los habitantes de Lyon tenían mucho miedo de los prusianos.
Un día, las mujeres de esta ciudad decidieron subir a la colina en la que está situada
la Basílica, donde en aquél entonces había en este lugar una capilla, y entraron
dentro haciendo la promesa de levantar un lugar religioso. Los prusianos nunca
vinieron a esta parte de Lyon. Dos años después, en 1872 empezaron su construcción.
Hoy, ésta, pertenece a una fundación que trata de reunir el dinero suficiente para
mantenerla y restaurarla.
No es una parroquia más de las muchas con las que cuenta la capital de la región de
Rhòne-Alpes, ya que no se ofician habitualmente Misas, ni se llevan a cabo actos
funerarios de ningún tipo; es tan sólo un santuario. Las únicas Misas que se celebran
son las de los sábados y domingos. Es, también un centro religioso de peregrinación. Su
construcción se debe al arquitecto Pierre Bossan, que no era muy conocido en aquéllos
momentos. éste, pasó mucho tiempo en Sicilia donde descubrió las iglesias bizantinas.
A su regreso a Lyon empezó la construcción de la Basílica de Fourvière con las
influencias arquitectónicas de la zona italiana. De ahí viene que en su interior esté tan
ilustrado de mosaicos, ya que en Sicilia se enamoró de una gran cantidad de ellos. Hasta
la cúpula está dotada de un maravilloso y espectacular ramillete de mosaicos. Incluso
los muros permanecen recubiertos de este material. Tres mosaicos hablan de la epopeya
de la Virgen en Francia. Otros hacen lo mismo con la epopeya de la Virgen por todo el
mundo. Un tercer mosaico permite ver la colina de Fourvière y una parte del templo de
los romanos. También una construcción ovalada que es el anfiteatro, lugar donde los
primeros cristianos fueron martirizados.
La colina es una mágica ventana por la que se divisa la urbe de Lyon y sus más de 300
edificios emblemáticos de la ciudad del Ródano. Se observa a vista de pájaro la Plaza de
Bellecour; la estatua de Luis XIV; la cúpula negra de la nueva ópera de Lyon; el
Ayuntamiento Central, que data de los siglos XVI, XVII y XVIII; la otra colina de
Lyon, conocida como la de los Tejedores de Seda; y la parte moderna, con la Torre del
Lápiz, llamada así por su forma de lapicero (es uno de los puntos referenciales de la
ciudad), en la que está localizada la zona de negocios. A lo lejos, preside el valle la
cadena de los Alpes. Cuando el tiempo es muy claro se deja ver el Montblanc, lo que les
indica a los habitantes del departamento que a continuación va llover.
Los vestigios romanos
Los vestigios de la ciudad romana fueron descubiertos en la colina de Fourvière. Un
jardín arqueológico se extiende sobre la mayor parte de la zona. A partir del siglo XVI y
sobre todo durante le siglo XVII, la instalación de congregaciones religiosas en la colina
y en las cuestas, convirtieron a Fourvière en "la colina que reza". El barrio conserva
todavía actualmente la marca de la influencia religiosa.
El Museo de la Civilización Galorromana cuyo edificio está casi integrado al jardín
arqueológico junto con los teatros de la Antigüedad, posee diversas colecciones de
estelas, estatuas, bronces y mosaicos del periodo Galorromano. El yacimiento
arqueológico está formado por un teatro, considerado como el más antiguo de Galia, y
un Odeón, ambos Galorromanos.
Esta casa fue proyectada a principios del siglo XVI. Se caracteriza por ostentar una torre
muy alta que tenía tres funciones. La primera, es una escalera de caracol. La segunda,
servir como atalaya. Y la tercera, ser considerada como una torre de prestigio, debido a
que el antiguo dueño de la casa era el Recaudador de los Impuestos. Se ubica en la calle
del Buey, muy cerca de la Catedral, en el casco viejo de Lyon, de estilo renacentista,
considerado el más importante de toda Francia. El barrio está clasificado dentro de la
Ley André Lacombe y Margo Lion, de 1974. Fruto de ésta, se empezaron, más tarde, a
restaurar en toda la ciudad más de 300 casas históricas.
Una sensación diferente
Los restaurantes "Bouchon Lyonnais" es un concepto diferente de cocina en Lyon. Su
nombre viene de un verbo francés que significa "cepillar los caballos". En épocas
anteriores, cuando cepillaban los caballos, los jinetes podían descansar, beber, comer…
Hoy la primera parte del verbo que es "bouchon" se asocia a una restauración muy
famosa, en la que se come embutidos y bocados muy apreciados en Lyon, entre ellos,
carnes, especialmente, de cerdo. Todos los platos, siempre regados con vino de
beaujolais servido en pequeñas jarras. Uno de los detalles que caracterizan a los
verdaderos "Bouchon Lyonnais", que no lo son todos, tan sólo están considerados como
tales unos 20, es que los manteles tienen como denominador común los colores rojo y
blanco con dibujos pequeños cuadrados. La marioneta que lucen algunos de ellos en los
escaparates, es lo que les clasifica como tales. Sí ofrecen en su carta de especialidades el
"cus-cus" es un signo inequívoco de que no es una "boucherie".
Lyon tiene, por encima de todo, a un ciudadano ilustre que ha dado fama a nivel
mundial a la restauración no sólo de la región del Ródano sino a toda Francia, Paul
Bocusse. Lyon, en un sincero emotivo agradecimiento al chef, le dedicó uno de los
iconos más emblemáticos dentro de los mercados lioneses, Les Halles Paul Bocusse.
Este mercado es un conjunto de boutiques delicatessen con las mejores materias primas
que produce la región. Los más afamados restauradores de toda la región acuden a este
lugar para adquirir los más selectos pescados, carnes, caza, setas, quesos, verduras,
frutas… Todo ello en una zona considerada la mejor en gastronomía de todo el país
francés. Paul Bocusse es, a pesar de estar jubilado, uno de los personajes ilustres que
vienen a encontrarse con los comerciantes de Les Halles.
En Lyon se reúnen casi 2.000 restaurantes, de los cuáles 19 con estrellas Michelin. La
gran mayoría son clientes habituales del mercado. Es para los chefs todo un placer
comprar los quesos, las setas, las carnes y los embutidos que produce la región del
Rhône-Alpes.
Un panorámico escaparate expuesto en el mercado cubierto es el reflejo de la
importancia que tiene el sistema productivo de sus agricultores, ganaderos, artesanos,
queseros y carniceros, entre otros, artesanos e industriales. Todo ello, sin despreciar
materias primas de otras procedencias nacionales e internacionales, como es el jamón de
bellota español. Visualizando el mercado de Les Halles Paul Bucusse se descubre el
porqué Lyon es la capital de la gastronomía francesa.
Vienne
La ciudad de Vienne, perteneciente al departamento de Isère, en la misma región de
Rhône-Alpes, se llamaba antes Vigenna. Significaba en el idioma celta los muelles
inundables, ya que el río Ródano no estaba como ahora; era muy salvaje, desbordándose
en muchas ocasiones a su paso por la ciudad. El pequeño pueblo de los celtas, que a
pesar de no se dispone de mucha información sobre el tema, si se sabe que les gustaba
guerrear. El año 121 a.C., los romanos pretendieron invadir a Francia. Hecho que
lograron en el sur, donde estaba otra tribu, la Salyen. ésta pidió ayuda a la tribu de
Vienne, y lucharon juntos contra los romanos. Más tarde, el Imperio de Roma se
estableció a las orillas del Ródano. Desde el cuartel general instalado en Vienne,
lanzaron cruzadas para conquistar el resto de las regiones francesas.
Poco a poco, Vigenna cambió de nombre ya que pretendían rimar con otro más romano.
La zona fue amurallada, para protegerse de los invasores. La muralla tenía la
singularidad por la que no se encerraba una parte de la ciudad y por el contrario sí
resguardaba a una zona que no estaba habitada. Aunque, según apuntan los estudiosos,
no era para protegerse, sino para ostentar el rango de Honorífica, ya que en este periodo
para levantar una muralla había que pedir el correspondiente permiso al Emperador.
Venía a ser todo un honor el contar con una muralla.
Vienne se enriqueció gracias al Ródano, ya que justo en este punto habían vendedores y
comerciantes. Cuando la gente llegaba exclamaba al ver la muralla, ¡oh, que ciudad más
rica! Los alrededores de Vienne la arropan con cinco colinas.
El Jardín de Sibila
La diosa Sibila dio nombre a un bello jardín. Desde la época de la Revolución Francesa,
algunos ciudadanos empezaron a buscar restos entre las ruinas de la zona y encontraron
una estatua que creyeron que era la diosa Sibela. De ahí viene su nombre, el Jardín de
Sibila.
Los arqueólogos del siglo XXI saben cosas mucho más ciertas. Nada tiene que ver con
Sibila. Lo desmienten rotundamente. Una pared impresionante que se sitúa al lado del
jardín formaba parte de un edificio público sin techo de la época de los romanos. Venía
a ser una sala de reuniones. Dos arcos adyacentes a la pared daban paso al Forum y al
Teatro. En el Forum se encontraba una Basílica y el Teatro que era el segundo más
grande de Gala. Tenía una capacidad para 11.000 personas. En la actualidad es de 8.000
en forma semicircular.
En el teatro, desde hace unos 20 años, se celebra un prestigioso festival de jazz, uno de
los más importantes de Europa. Entre otros ha pasado por aquí el trompetista Miller.
Cruzando el río está el Museo de la Civilización Galoromana, dotado de un conjunto de
piezas y esculturas de gran valor de la época del dominio de los romanos en la zona
francesa del Rhône-Alpes.
El Ayuntamiento era antes una casa privada. Fue adquirida por la Administración antes
de la Revolución Francesa, a principios del siglo XVIII. En el XIX le añadieron las
partes laterales que se pueden ver ahora. En los accesos al Ayuntamiento había plantado
un árbol que simbolizaba las libertades. En la fachada del edificio está enclavado el
escudo de la ciudad con ilustraciones alegóricas a los romanos.
El Templo romano es una de las joyas turísticas-arquitectónicas que presume de tener la
ciudad de Vienne. Está dedicado a Augustus y a su segunda esposa, Livia. Es
considerado un tesoro arquitectónico, ya que en toda Francia tan sólo existen dos
templos con este buen estado de conservación; la Casa Cuadrada de Nimes y ésta.
Muchos se preguntan ¿Por qué tan sólo hay dos? La respuesta se apoya en la historia de
que este templo fue construido en el I siglo d. C. Al final del Imperio Romano, la
religión que llegó era la Cristiana. Los primeros devotos de Vienne creían en Dios.
Decidieron transformarlo en una iglesia. Cuando la Revolución, sus inspiradores
transformaron la iglesia en un tribunal y una cárcel. Después de ésta, al final del siglo
XVIII y principios del XIX, se transformó, una parte, en museo y otra en biblioteca.
Esta funcionalidad permaneció hasta mitad del siglo XIX cuando fue clasificado como
Monumento Histórico Francés.
En la edad Media, en Vienne el poder lo tenía el obispo y el Colegio de Canónigos.
Impartían justicia y eran propietarios de muchas tierras en las cercanías y su riqueza era
manifiesta. Una parte del gran poder del clero se descubre en su Catedral de San
Mauricio.
La construcción cabe calificarla como de un poco compleja. Desde los primeros tiempos
cristianos hubo una comunidad religiosa en Vienne. En el siglo XII la empezaron a
levantar. Después vinieron varias etapas más hasta su finalización. No obstante el estilo
que más predomina es el gótico del siglo XIV, aunque cuenta con algunos destellos de
románico. El coro fue lo primero que se empezó acabando por la fachada.
Más información:
Lyon Tourisme & Congrès
Place Bellecour
69214 Lyon Cedex 02
http://www.lyon-france.com
Oficina de Turismo de Vienne
Vienne
http://www.vienne-tourisme.com
Enric Ribera Gabandé
E.mail: riberaenric@telefonica.net
www.rutasviajeras.com
www.gourmetvinos.com
www.lacuinadecalunya.cat